viernes, 13 de noviembre de 2009

La Fortaleza para cambiar proviene de Cristo


Que tal amigos. Este día les compartiré una cápsula mas para nuestro crecimiento.

Se ha dicho que los seres humanos son criaturas de hábitos. Muchas de nuestras prácticas se vuelven automáticas y, con frecuencia, ni siquiera estamos conscientes de que hacemos ciertas cosas o que las realizamos de modos específicos.
El encabezado de “Malos hábitos” cubre una gama muy amplia de conductas negativas y podrían definirse como todo lo que inhibe el crecimiento cristiano u ofende a otros.


Podemos estar hablando de los llamados pecados del espíritu, tales como la envidia, los celos, la malicia, las murmuraciones, las mentiras, las críticas contra otros, el egoísmo, la impaciencia, las querellas, etc.


O bien, podemos referirnos a los actos compulsivos tales como los de comer, beber, gastar dinero, leer y ver pornografía, trabajar en exceso, las fantasías y los pensamientos malos, las maledicencias, etc.


El tema de los malos hábitos adquiere una importancia especial en vista de la exigencia bíblica de que los cristianos “anden en novedad de vida” (Romanos 6:4).
Al entregarnos al Señor, pidiéndole que examine nuestros corazones y nos revele lo que le desagrada (Salmo 139:23,24), comenzaremos a ver muchas cosas feas que es preciso que corrijamos.


Lo más importante que es preciso recordar respecto a los malos hábitos es que desagradan a Dios y, con Su ayuda, se pueden abandonar, reemplazándolos con otras alternativas más correctas.


Ninguno de nosotros es inmune al cambio. El evangelio se especializa en las transformaciones (2 Corintios 5:17). Sabemos que Dios puede obrar en nuestras vidas, con el fin de ajustar nuestra conducta a lo que le complace.


“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).
Billy Graham comentó: “La fortaleza para nuestras conquistas y victorias la tomamos continuamente de Cristo”. La Biblia enseña que cualquiera que es nacido de Dios no practica el pecado”.
¿Podemos reflexionar sobre esto?
Hasta la próxima

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