
Hace algún tiempo, la región nor-occidental de la India fue sacudida por un violento terremoto, que causó miles de muertos. Edificios, casas, escuelas, colegios y hospitales se convirtieron en tumbas de muchas personas. Momentos antes se realizaba un desfile escolar por una de las calles céntricas en un pequeño pueblo; la calle estaba flanqueada por construcciones altas; la calle estaba abarrotada de gente, unos contemplando el desfile y otros desfilando, cuando ocurrió el sismo. Literalmente, los edificios cayeron hacia delante, sepultando a todas esas personas. Los investigadores llegaron a la conclusión de que la causa principal de la alta mortalidad causada por el terremoto se debió a la increíble debilidad de los fundamentos de las construcciones, considerando que la zona está dentro de una región altamente sísmica.
Cuán importante es el fundamento sobre el cual deben ser edificados los edificios y casas en zonas donde la frecuencia e intensidad sísmicas son muy altas. De igual o mayor importancia es para el cristiano edificar su vida espiritual sobre sólidos fundamentos, para que tenga un saludable y verdadero crecimiento espiritual: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo; En el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo para ser un templo santo en el Señor: En el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu” (Efesios 2:20-22).
Para el verdadero cristiano sólo Cristo es el fundamento seguro sobre el cual logrará su desarrollo espiritual. En 1ª a los Corintios 3:11 el apóstol Pablo dice: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”.
Queda claro entonces que el fundamento para el crecimiento espiritual del cristiano está en la misma fuente de vida que la originó, es decir, CRISTO, y que los fundamentos para este crecimiento espiritual se encuentran en las claras enseñanzas de la Biblia.
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